Número 11

nº 11

Portada:
Fiesta de despedida

ORTIN

Carlos Ortin, el autor de la portada, nació y vive en Valencia.

Formado como dibujante en la elegancia del color plano francobelga y las formas redondeadas del diseño Atom, publica sus primeras historietas en las revistas más representativas de los años 80. Por sus páginas deambulan personajes paradójicos, salidos de la cultura de kiosco y la serie B, como aquel escritor agredido por sus propias historias, o ese tipo obsesionado por el recuerdo de su propia muerte, o el estudiante que cuando es fotografiado aparece otro sujeto en la foto…
Carlos cierra esta etapa en 1988.

Entonces se dedica a la ilustración, dibuja unos cuantos libros y gana un par de premios.
Cierra esta etapa en 2001, toda una odisea.

Indignado con las relaciones editor/ilustrador se apunta al movimiento asociativo con inusitado fervor. Consigue unas cuantas cosas, pero al final no compensó el esfuerzo.
Cierra esta etapa en 2007.

Se rehace con proyectos docentes muy estimulantes e imparte clases y talleres a todo ilustrador en ciernes que se quiera apuntar.
Contento pero cansado, cierra esta etapa en 2017.

Ilusionado y sobre todo, bien acompañado, crea la revista digital The Valencianer con el objetivo de salir mensualmente durante un año.
Pasado un año y poco, cierra esta etapa en 2018.

Ahora su mente deambula por paradero desconocido.

Esta es su web.
Sello: ©Raquel Catalina

OMAR

Roger Omar, el autor de Pingüinos y elefantes, nació México, concretamente en Mazatlán, estado de Sinaloa, pero vive en España, concretamente en València.

Desde que le conocemos, su nombre siempre aparece justo al lado de proyectos curiosos, originales y a veces, desconcertantes.

Durante un tiempo se especializó en lo que podríamos denominar “entrevistas en el laberinto”, en las que el entrevistado acaba perdido por los pasillos preguntándose si ha dado la respuesta buena o no.

Un ejemplo ilustrativo: Después de una pregunta del tipo simpático y pertinente como ¿Has hecho algún proyecto reciente al que le tengas especial cariño?, Roger enlaza con algo como ¿De qué manera recurres al autoengaño en tu vida diaria?

En 2002 acomete su gran proyecto: recopilar sueños infantiles alrededor del mundo. Roger se planta en un aula de niños pequeños y les presta una libretita a cada uno para que durante una semana escriban en ella las aventuras que sueñan todas las noches. Una vez, un niño se puso a llorar ante la visita de Roger porque nunca recordaba sus sueños.

Roger da a ilustrar todo ese mundo loco a dibujantes de toda nacionalidad y estilo, y lo refleja en un montón de publicaciones diversas.

Pero la verdad es que no sabemos lo que sueña Roger Omar.

Esta es su web.
Sello: ©Alfons Aladreta

ALBERO

Rosa Albero, la autora del diseño de la cabecera de The Valencianer y traductora al valenciano, nació en Alcoy pero vive en Alcoi, digo, en València.

Primero fue actriz. Luego, diseñadora de periódicos, que es otra forma de actuar.

Más tarde emigró, como hacen todos los alcoianos de verdad y que es otra forma de escapar.

Nunca pierde la ocasión de ilustrarnos a todos sobre la idea de que todo lo que merece la pena en el mundo es originario de Alcoy.

Como diseñadora formada en las catacumbas periodísticas de la transición, echa de menos a los aguerridos maquetadores de astralón y tipómetro en mano hasta la madrugada.

Rosa, también conocida en los bajos fondos como La Rusa, es el único miembro del comité de redacción de The Valencianer que goza de un club de fans, con himno, bandera y, por supuesto, fans.

Por algo será.

Esta es su web.
Sello: ©Cristina Durán

ROMÁN

Román Ortín también conocido como Gaelus, nació y vive en València.

Este joven, que desempeña tareas de administrador de Facebook, traductor ocasional de inglés y apagafuegos variados en The Valencianer, es lo más parecido a un superhéroe que tenemos por la redacción.

Nada más terminar sus estudios fue fichado por la T.I.A. (no, amigos, no bromeamos) para realizar misiones que no podemos revelar en público.

En la actualidad pasa su tiempo como un respetable ingeniero, acumulando fuerzas para acometer el fin de semana como un fiero gladiador romano allá donde soliciten sus servicios.

Alea jacta est!

Esta es su web.
Sello: ©Deima

Tengo una amiga que se llama Julia. Le pregunto cuáles son sus animales favoritos. Pingüinos y elefantes, dice. Sonríe. Luego mira con desprecio la velita eléctrica que adorna nuestra mesa.

Jueves

Toco el timbre de casa de Vicente. Mientras lo espero un rayo de sol me ilumina la cara. Aparece con paquetes en la mano, lo acompaño a Correos. Mientras caminamos hablamos de lo bien que ha ido Tenderete. Mientras caminamos sonríe con ironía o picardía o inocencia, o con la mezcla de todo. Entramos en un café. La mujer que atiende el café está discretamente maravillada por algo. Recuerdo haber visto la misma expresión de discreta maravilla en otra cara, en otra cafetería, acompañando a Vicente. Observo cómo va vestido: abrigo marrón sobre camisa verde de manga larga. O abrigo verde sobre camisa marrón, ya no recuerdo. Tampoco recuerdo su barba. La he visto en dos estados: barba larga y descuidada, un look que lo hace ver como editor. Y barba y cabello recortados, un look que lo hace ver como un recién nacido y alguien distinto a todo lo que hace, hasta que sonríe y recupera su figura de editor. Vicente pide un segundo café, me sugiere hacer talleres y me da algunos contactos. «Puedes ofrecer el pack: expo, libro y talleres», me dice. Le doy hojas blancas y rotuladores negros. Dibuja el primer elefante. Luego un pingüino sobre la cabeza del elefante. Luego levanta el sobrecito de azúcar que hay en la mesa y lo pone junto a mis ojos. «La primera perdiz que levanta el vuelo recibe el tiro» (Proverbio Africano). Pongo junto a sus manos una nueva hoja. Nos despedimos y, como siempre tras charlar con Vicente, los perros me ven con curiosidad mientras camino por la calle.

Viernes

He quedado con Carlos Maiques en la cafetería del IVAM. Esa tarde lo llamo para decirle, muy preocupado, que perdí mi cartera y que tal vez no podré verlo hasta encontrarla. Llego al IVAM en bicicleta, media hora tarde. Carlos está dibujando, sentado junto a su abultada mochila. Carlos lleva siempre esa pesada mochila llena de dibujos y cosas. «¿Dónde encontraste tu cartera?». «Bajo unos sobres, donde yo mismo la puse». Veo las páginas que Carlos está dibujando. «Es un nuevo cómic con Stygryt«, dice. «Muy bueno», digo. Luego lo guarda y le paso un montón de hojas blancas. Sobre la mesa pone su juego de rotuladores y bolis y empieza a dibujar con las cejas arqueadas y la mirada empecinada de oculista o cirujano. Llega Lara. Habíamos quedado porque yo quería recuperar el ex voto (linóleo) que ella me había regalado. Le doy a Lara un par de hojas blancas y empieza a dibujar su pingüino. Mientras tomo mi café amargo yo también dibujo elefantes tímidamente, con puros puntitos. Frente a mí está Carlos, con quien puedo hablar con familiaridad. A mi lado Lara, nos conocemos poco. Opto por hablar con familiaridad con Carlos pero consciente de que Lara se sentirá como una visitante frente a las puertas de un zoológico. Eso es lo que causa mi timidez. Carlos también es tímido pero, según la situación, fluctúa entre la timidez y la osadía. Hoy habla con osadía, quizá porque me ve tímido.

Sábado

Por la mañana voy en bus a ver a Martín. Me acompaña Daniela, mi amiga moldava de ojos grises. Martín me espera en la cafetería «El Paraíso», por Plaza España. Al llegar le grito ¡Martín! y lo asusto sin querer. Martín es uno de los iniciadores del Festival Tenderete. Tiene el pelo lacio y las manos delgadas. Valiente, generoso. Omnipresente en los festivales de autoedición. Se hace llamar «El Mal» en el grupo de wasap. Esta mañana bebe agua o café, ya no recuerdo. Nos saludamos amablemente. Me cuenta que cuando vivía en Lima ya hacía fanzines. Que aplicó para estudiar Bellas Artes en Italia, México, Brasil y España, y que cayó España. Se instaló en Valencia. Su sello «Ediciones Valientes» se remonta al 2007 pero lo creó formalmente en el 2010. Le ofrezco hojas blancas y él saca su boli de punta fina. Qué ternura de elefantes y pingüinos dibuja. Le pido a Daniela que haga los suyos. Daniela dibuja un pingüino con su huevo por delante, porque, según dice, conviene vigilarlo para que no se lo roben… «¿Conoces el documental de Herzog, donde aparece un pingüino que se va al lado contrario de donde tiene que ir?», pregunta Martín. Explica que el pingüino se equivocó de dirección y vaga solo, perdido, separado del grupo. Y que Herzog lo filmó. Le pido que dibuje a ese pingüino y dice que ya lo ha dibujado. Lo señala sobre el papel.

Jueves

Son las 7:30 de la tarde y llego media hora tarde a la cita con Carlos Ortin. Nos encontramos en la Plaza Tetuán y caminamos al café que hay en el callejón de al lado. «Cerramos a las 9», advierte la camarera. Carlos se pide un gin tonic, yo una cerveza. La lógica de Carlos me parece un misterio. Por ejemplo, si Carlos narra una anécdota donde hay dos bandos, uno de leones y otro de gladiadores, yo no consigo distinguir un bando del otro hasta que termina la historia y descubro que los que yo creía leones para él eran gladiadores. Carlos tiene además un envidiable dominio sobre su propia curiosidad: podría enterarse que tiene un hermano secreto, coincidir a su lado en un restaurante y no mover un dedo para descubrir el parentesco. Es además uno de los primeros dibujantes sorpresa que conocí en Valencia. Le cuento muy contento que ya puse en marcha mi contribución para The Valencianer y que habrá elefantes y pingüinos. «Tengo una historia con elefantes y pingüinos, pero te la contaré otro día», dice y luego sonríe o se pone ligeramente serio. También dice: «Aunque soy de los que llora con una película, no soy fan de la tristeza. Hay que tener talento para la tristeza, porque puede llevarte a un estado donde justificas cosas que»… «Como diría Arnal Ballester: ilustrar es como maquillar a un muerto»… «Siempre dibujo para algo, no soy de los que dibuja por dibujar»… Puede ser que éstas no sean sus palabras exactas, pero Carlos es el feliz editor de esta revista y podrá corregirlas si quiere… Muchas felicidades, Carlos, por crear The Valencianer. Y por las tan acertadas traducciones al inglés.

Esta tarde el atuendo de Carlos es un elegante abrigo negro y una sonrisa entre bondadosa o ligeramente preocupada. O puede ser que yo me sienta ligeramente preocupado o bondadoso.

Viernes

Llego tarde. Aparco la bici y desde la librería Bartleby envío un wasap a Juanjo preguntando «¿Cómo se llama el café?». «Se llama el Cafecito. En la plaza de la iglesia, ¿te acuerdas? Plaza Pare Perera». Son las 12:22 del mediodía, Juanjo me ve llegar a la plaza y grita mi nombre varias veces porque yo no lo veo. Entramos al café donde él ya ha empezado su café. Sobre la mesita, tres de sus cuadernos con dibujos. Muy cortés, como siempre. Bigote y barbita recortados, piel blanca. Jersey negro con rayitas blancas. Me regala su nuevo juego de cartas «Card Toons» y me muestra el truco para que el sapito de portada vaya cambiando de forma. Me pido un café, se pide un croissant. Habla con mucho entusiasmo de su trabajo. A veces aparece su vena crítica: «¡Abajo la técnica!»… «La ilustración debe servir para plantearse ideas, debería ser una herramienta para contar»… Me cuenta que «Milimbo» nació casi a la vez que Maia, su primera hija, y que en su casa tienen como ritual diario contar historias a sus hijas antes de dormir. «El rollo de Milimbo es que no haya límites, las barreras están muy desdibujadas». Tomo apuntes en una hoja. Le ofrezco varias hojas y él las dobla a la mitad antes de empezar a dibujar. No habla mientras dibuja, está concentrado. Me dice que ahora que tiene a sus hijas se siente más libre. Y cambia la idea que yo tenía de él cuando se refiere a sí mismo como «hiperdisperso» e «intuitivo». Para mí Juanjo es ordenado, disciplinado, casi matemático. Si no lo fuera, ¿cómo podría construir sus castillos y laberintos?. «A ver qué día volvemos a quedar», me dice sonriente. Su jersey negro está decorado con tres botones en el hombro. Los conté.

¡Ya está! Me gusta esta serie. Además de coleccionar sueños voy a coleccionar elefantes y pingüinos, de vez en cuando.

Ilustraciones:
Adivina quién ha dibujado cada pingüino y elefante

Ocurre en Valencia:
Vicente Ferrer y Begoña Lobo hacen «Media Vaca»
Carlos Maiques se hace así mismo
Lara Ottaviani se hace así misma.
Martín López hace «Ediciones Valientes»
Carlos Ortin hace «The Valencianer»
Juanjo Oller, Trini e hijas hacen «Milimbo»
Roger Omar sueña sueños ilustrados desde el 2002

Sta. Depar Empar, nuestra mascota, triunfa en Rusia

La segunda selección de nuestro comité entre los concursantes a nuestro concurso de mascotas de The Valencianer es nuestra más lejana suscriptora. Se llama Adele Amineva, ¡y nos escribe desde San Petersburgo, Rusia!

Tuvimos que darle explicaciones sobre el atuendo tradicional valenciano, sus telas y estampados, así como sobre el peinado típico de las falleras. No supimos qué contestar cuando nos preguntó por qué en Star Wars habían copiado el peinado, pero no la ropa, para el personaje de la Princesa Leia.

Adele ya ha recibido su fantástica camiseta BAT, y ya hace planes para lucirla cuando en San Petersburgo haga el tiempo adecuado. Además, Adele es una joven artista interesada en ilustración de moda de lencería, como podréis comprobar visitando su cuenta de Instagram.

Estampas Valencianer

El conocido ilustrador, viñetista, fanzinista, humorista, actor de webseries y escritor de teatro (de momento) que firma como Yordi, nos ha enviado esta deliciosa estampa realizada con nuestra publicación en sus pensamientos.

¡Gracias amigo! ¡Nos has captado a la primera!

Filatelia Valencianer

En nuestro álbum de sellos puedes encontrar a todos los grandes artistas que colaborado con The Valencianer con sus dibujos, historias y sabiduría.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo:

Elías Taño, Antonio Soto, Alfons Aladreta, Deima, Núria Bellver y Raquel Fanjul (Cachetejack), Carmen Frontera y Fran Mengual, Cristina Durán, Pedro Porcel, Manu Garrido, Carlos Michel Fuentes, Rosa Albero, Álvaro Pons, Nacho Casanova, Paulapé, Malota, Maria Herreros, Román Ortín, Miguel Ángel Giner Bou, César Sebastián, Xèlon XLF, David Brieva Rosáenz, @elgrangerardosanz, Ibán Ramón, Rosa Martí, Luis Demano, Alba Abellán, Núria Tamarit, Lalo Kubala, Rubén Gil, Carlos Ortin, Roger Omar y Depar Empar.

Y TRECE

Aunque el último número de portada sea el 11, realmente son trece las entregas de The Valencianer en poco más de un año.

Trece entregas, como los trece miembros de la pandillita de Jesús de Nazaret.
Trece portadas, como los trece títulos mundiales de Ángel Nieto (si, trece, nada de “doce más uno”).
Trece contenidos (cuentos, recuerdos, paseos…), como trece es la suma de los números del Diablo y de la Biblia.

Así que, para demostrar que no padecemos de triscaidecafobia, la primera época de The Valencianer termina aquí y ahora.
Agradecemos la fidelidad de suscriptores entusiastas y seguidores silenciosos.
Y para acabar y no hacer larga la despedida, he aquí el mapa que prometimos en el número cero, el plano secreto de la ciudad por el que ha ido deambulando la revista durante las trece entregas.

Nos hemos divertido. Un fuerte abrazo y hasta luego, cocodrilo.